¿Libertad o seguridad?
Este es el dilema que plantea Javier Cercas en un artículo titulado “El gran dilema”. En estos momentos en los que estamos dando pasos para “desconfinarnos”, estamos deseosos de salir y ser un poco más nosotros mismos de lo que hemos sido hasta este momento, pero por otra parte nos atenaza el miedo a contagiarnos del COVID 19. ¿Libertad o seguridad? de poder contagiarnos o no. Son dos términos claves porque libertad y seguridad están implícitos en la propia supervivencia de la persona.
Algunos piensan que por encima de todo está la salud y por lo tanto hay que controlar y vigilar para que nadie se pueda contagiar. Esto me recuerda la novela 1984 de George Orwell donde el instinto de supervivencia vence a los ideales de libertad a través del Gran Hermano, ese ojo que todo lo ve, lo oye e incluso intuye el pensamiento de los ciudadanos. Hoy se pretende actualizar, esa vigilancia, a través del teléfono móvil que en el estado de alarma pueda controlar todos nuestros movimientos (geolocalización) y así evitar cualquier contagio. En esta postura de priorizar la salud, se encuentran muchos ciudadanos recluidos y atemorizados.
Sin embargo otros creen que la libertad es un valor supremo y que no puede sustituirse por cualquier otro valor ya que es uno de los principios inherentes al ser humano. Y aquí recuerdo a Cervantes en El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha cuando dice: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Estas dos opciones, ¿son incompatibles? ¿Pueden convivir seguridad y libertad en nuestra sociedad?
Yo deseo una libertad que haga posible una vida justa y sostenible que no claudique ante una pandemia, que no nos haga renunciar a los ideales humanos. No obsta
nte hay una diversidad de ciudadanos que tienen como principio las libertades económicas, sociales, religiosas, etc. que pueden llevan a restringir el termino libertad referido a la persona en su integridad.
Esta reflexión tiene como objetivo debatir entre nosotros, profesores y alumnas para que podamos expresar nuestras ideas sobre el tema, qué nos parece más primordial, la libertad o la seguridad.
Espero vuestras respuestas y ojalá éstas nos ayuden a salir de este confinamientos más seguros y mucho más libres.
José Manuel
¿Por qué no pueden ir de la mano la libertad y la seguridad?. Creo que muchas veces es por falta de responsabilidad.
En estos momentos nuestra libertad se ve un poco mermada por las medidas de seguridad que debemos cumplir. Estamos viendo que muchas veces no se cumplen y suele ser por falta de responsabilidad.
No estaría mal añadir a este debate la responsabilidad, para que nos ayude asumir los riesgos que seguramente vamos encontrar
Creo que estamos en el momento preciso de volver a tomar conciencia de pueblo que lucha y transforma. El progreso social nunca ha sido gratuito.Los avances hacia la libertad, tampoco.
¿libertad o seguridad?
Aunque no nos demos cuenta nuestro pensamiento gira en torno a: protección fundamental de los míos y del resto si puedo hacer algo, pues hago.Y así propulsamos y apoyamos políticas que favorecen los individualismos, la seguridad frente al riesgo, el control frente a la libertad.
Cuando nombro esta palabra,libertad, oigo instantáneamente aquello de, si pero libertad responsable, dentro de un orden…
Siempre atamos a la libertad no sea que se nos desmande.
Seguridad, para qué, para quién, y cómo.
Está claro que las dictaduras son más seguras que las «democracias»; el que obedece no se equivoca, decían algunos.
Queremos la seguridad de los bancos, de los que pregonan verdades irrefutables, de los visionarios, de los que a toro pasado habían visto ya lo que había de suceder?
Quién nos puede dar seguridad? quién nos puede ofrecer libertad?
creo que los únicos que podemos hacer esto, somos nosotros mismos, teniendo siempre un pensamiento crítico, tomando opciones que beneficien a la mayoría, educando en libertad.
Yo elijo libertad, aunque me equivoque mil veces, porque creo que es el aspecto que nos hace irrefutablemente humanos.
En estos momentos de pandemia me pregunto ¿cómo armonizar el cuidado de la vida y el respeto a la libertad?
Esta pandemia nos ha puesto sobre las cuerdas pues es difícil responder a esta pregunta. Alguien ha recordado que Margaret Thatcher cuando envió unos cuantos ingleses a morir en las Malvinas dijo: “hay cosas que valen más que la vida, por ejemplo: la libertad”.
Resulta difícil imaginar la vida sin libertad aunque, es cierto, que las personas no somos completamente libres. Pero ¿tenemos que dejar parte de nuestra libertad para tener más seguridad?
Espero Álvaro que pongas un poco de luz.
Muy interesante. Y como Cercas, pienso que el dilema no tiene solución, pero no por ello debemos dejar de planteárnoslo. El caso es que llevaba unos días pergeñando un post para este blog sobre esta misma cuestión a raíz de la relectura reciente del Discurso de la servidumbre voluntaria, de Etienne de la Boetie. ¿Asumir un recorte de la libertades supone un ejercicio servil hacia el poder? Prometo ahondar uno de estos días sobre ello. Tened cuidado ahí fuera. Abrazos