Una tregua para los animales y la naturaleza

Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla, mientras que el género humano no escucha. Nosotros estamos al servicio de la naturaleza, siempre hay oportunidades para defenderla del acoso humano. En estos días del confinamiento, hemos presenciado con estupor, que en la calle Sánchez Preciados, que es donde vivo yo, se paseaban alegremente jabalíes con sus crías. Un poco más  allá, en el parque Rodríguez  Sahagún, hay una familia de gacelas, mi hijo que vive en esa zona, las ve desde la ventana. También hay muchos conejos, ardillas, los pájaros cantando, y en el mar,  los delfines de regreso en las costas. El confinamiento ha dado vía libre a los animales, que disfrutan de la calma, y los humanos se toman más tiempo para observar la naturaleza Y nos preguntamos, si los animales y la naturaleza no necesitaban esta tregua, este silencio.

Angelines Jiménez

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