¡Qué poca importancia damos a las pequeñas cosas! Solo cuando faltan les damos el valor que tienen, porque forman parte de nuestras vidas.
Un buenos días, una sonrisa, nos hacen ver el día de forma diferente. Ese paseo mañanero que nos ayuda a empezar la jornada. Ir de compras al súper o las tiendas del barrio. Subir y bajar de cualquier medio de transporte. Saludar en la calle a personas conocidas y charlar un rato con ellas. Salir a visitar museos, exposiciones o paseos por Madrid. Formar parte de un voluntariado en donde recibes mucho más de lo que das. Tomar el aperitivo con amigos. El café de los viernes por las mañanas después de la compra. Pasear con una amiga para acabar merendando. Ver escaparates. Las clases de la escuela, tan necesarias, para relacionarnos, compartir y disfrutar tantas cosas todos juntos. Las comidas familiares de los fines de semana. Ver a hijos y nietos. Los abrazos y los besos. La libertad para hacer lo que nos apetece… Pequeñas cosas, que ahora, que nos faltan, es cuando les damos su verdadera importancia porque dan sentido a la vida.
Acabo de ver el vuelo de unas golondrinas, son las primeras que veo este año y vienen llenas de promesas veraniegas. ¿Será posible que se cumplan este verano?
Mª Carmen González
Totalmente de acuerdo, Ojalá que pronto volvamos a disfrutarlas 😊